Posiblemente uno de los aceites esenciales más conocidos, la lavanda ocupa un lugar destacado por varias razones. Su hermoso aroma herbáceo-floral se complementa con una larga lista de beneficios terapéuticos que puedes aprovechar a diario. El aroma en sí mismo puede ayudar a promover una atmósfera tranquila, pacífica y a la vez serena.
Una vez añadida a un aceite portador, la lavanda puede ayudar a calmar la piel, convirtiéndola en un valioso complemento para tu kit de curación natural para cortes y raspaduras menores, gracias a sus propiedades limpiadoras. La lavanda también puede contribuir a una piel sana al calmar las zonas enrojecidas e irritadas.
Cómo utilizar
Difúndelo en el aire, añade unas gotas en un aceite base a un baño tibio, pon una o dos gotas en un disco de algodón junto a la almohada o añádelo a una loción sin perfume o a un aceite base para disfrutar de una sensación de relajación.
Aromático: Difunde usando 3-4 gotas por cada 100 ml de agua o úsalo en un inhalador personal. Tópico: Diluye al 2-5 % en un aceite base.
